Tras la experiencia en Camerata de Coahuila, en la que desde hace algunos meses me desempeño como coordinador de prensa, reflexiono. Trabajo con un disciplinado equipo del que me honro de ser parte, pues su trabajo se cristaliza en cada concierto, convirtiéndose en una verdadera meta de carácter personal.
Mi trabajo es que la orquesta sea conocida y reconocida, sea valorada, y sea disfrutada. Esto se traslada a una labor de creación y desarrollo de público, aficionados a la música de concierto que, tarde o temprano, se autentifique como demandante de cultura a gran nivel.
Tengo mucho que aportar a esta labor. Mis estrategias son audaces, impulsivas y agresivas, pero conozco el medio cultural lagunero como pocos. Y tengo mucho más por aprender. El perfil de Ramón Shade como director de la orquesta es la de un líder que no me había tocado seguir: planeación pura, ejecución directa, sentido común las 24 hrs del día, cultura práctica y desarrollada.
Del Patronato de la Orquesta, a cuyo frente se encuentra el Arquitecto Antonio Méndez Vigatá, he aprendido el poderoso valor de la sociedad unida. Un grupo de intereses comunes que valoran la cultura como forma y calidad de vida. Son auténticos leones que saben su función en la heráldica de esta orquesta.
A veces creo que mi papel es muy simple, a veces creo que es muy complejo. Sé que muchas veces me quedo corto ante el reto, pero nunca desanimado de dar la pelea por más, por mayor público.
Cada concierto salgo emocionado. Qué gran experiencia es la música, su lenguaje universal y su poder estético. En cada paso me convierto en un aprendiz de diletante.
Es por eso que desde hoy, abro este blog por el que ahora le entrego con humildad y ánimo de aprendizaje.
Bienvenidos.
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